Enredados en mi piel, como rastras de mis anhelos
Aquella que dejara el invierno, generosa e incólume
Abrigándome del canicular sol, culpable de mis deshielos
Solo queda de aquel galeón que en alta mar, lleno de riqueza navegaba
Que de lejanas tierras cargaba el botín, de sus conquistas
Para honrar aquella que en su corazón, reinaba
Y unir mundos de fronteras altruistas
Solo queda el vuelo de una paloma azul, en lontananza
Y un sorprendente colibrí en vuelo de estación
Delicada, sublime de estirpe mansa
Nacido de semilla germinada en el corazón
Solo queda un hermoso y virginal paisaje
Cual lluvia que cae del cielo, he visto llorar
De este escrito, central personaje
Por aquellos que profesa amar
Solo queda la sopranal voz del parlante
Suspendida en el tiempo
De mis oídos rubor delirante
Ecos que aún me trae el viento
Solo queda la bondad, de una delicada mano
Que refugio mi pobreza
Con sentimiento de hermano
Celestial Destello de su nobleza
Solo queda la melancolía de un abrazo
Que me llenó de calor
Casa fue tu regazo
Como noche griega llena de amor
Solo queda una cicatrizante huella
Que deja la rueda en su travesía
Mujer bella
RUBEN DARIO VALBUENA NIÑO